Una vez más entro de camino en la vida
ante los ojos incrédulos de los demás.
Esperando un sonido que mueva mi cuerpo
como si esperara aquel recuerdo
hecho de azufre.
Aquel recuerdo, fiel reflejo del ayer
o pávido encuentro con la angustia del mañana.
Quien dijo torpe, lento o azaroso tu nombre.
Quien del tiempo se hizo dueño.
¡Acaso fué cosa de los Dioses¡
¡Quién partió la senda que hasta tu puerta me llevaba!
Si todavía me duelen los huesos del largo camino que anduve.
¿A quién le importa entonces?
Aquellos días de miel y azúcar.
De uvas al sol, huerto y montañas.
¿A quién le importa entonces?
Si tu boca ya no pronuncia mi nombre.
!A quién le importa ya¡
Si aquel Te amo llegó tarde
o nunca llegó.
A quien le importa…